Este encierro ha sido declarado Fiesta de Interés Turístico Regional y cuenta con más de 150 años de tradición. En este singular encierro, se sueltan dos toros brevos por las calles del centro urbano, aunque antes se lanzan varios cohetes que sirven para avisar a los vecinos de que los novillos van a salir. Asimismo, se forma una especie de recorrido del encierro con remolques agrícolas para evitar que los animales se desvíen. En cualquier caso, los visitantes pueden disfrutar de las tapas en los restaurantes y bares de la localidad durante este recorrido.