Argamasilla de Alba es una localidad abierta a dejar volar la imaginación de los visitantes por sus calles en cualquier época del año. De hecho, el turista tiene a su disposición la Oficina de Turismo, lugar en el que se presta todo tipo de asesoramiento turístico y se da información sobre el programa de visitas guiadas que se ofrecen en el municipio. Esta oficina está en la misma Casa de Medrano, que recibe ese nombre por la familia que habitaba en ella durante el XVIII. Dentro de ella, destaca la Cueva prisión de Cervantes, que suele atraer a cualquier visitante. Además, en el edificio se sitúa la Galería Gregorio Prieto y dispone de un gran auditorio en el patio para representaciones teatrales y otro tipo de actividades culturales.
En la Glorieta, que es un jardín entre el Ayuntamiento y la Iglesia de San Juan Bautista, veremos estatuas de piedra de los principales personajes del Quijote. Asimismo, muy cerca de allí, en la Plaza de Alonso Quijano, existen otras dos esculturas: una de Miguel de Cervantes y la otra de José Martínez Ruiz, “Azorín”, frente a la botica en la que se reunió con los Académicos de la Argamasilla en su viaje de 1905, y de la que decía “Los tarros blancos aparecen en las estanterías; entra un sol vivo y confortador por la ancha reja; un olor de éter, de alcohol, de cloroformo, flota en el ambiente”
Por otro lado, en la Iglesia Parroquial de San Juan Bautista, que es un modelo de iglesia columnaria junto con la de la Madre de Dios en Almagro, veremos una fusión entre aspectos del estilo renacentista y toques góticos. Una vez dentro del templo, lo que sobresale en la capilla de la Virgen de la Caridad es el cuadro exvoto de Rodrigo de Pacheco, fechado en 1601. Tradicionalmente, se ha identificado como posible reproducción de D. Quijote.
También es interesante el Pósito de la Tercia, construido en el XVI, que ahora es casa-museo. No muy lejos de ella está Ermita de San Antón, reconstruida en 1796 y que dispone de un espacio cuadrangular, cubierto por una bóveda sobre pechinas. Además, esta no tiene tambor y está rematada por una pequeña linterna.
A su vez, el pueblo está rodeado del llamado Canal del Gran Prior, una obra que trataba de canalizar parte de las aguas del Guadiana Alto. Se llevó a cabo para regar las alamedas y los huertos y para frenar todo tipo de inundaciones.
Ya fuera del municipio, en dirección al Parque Natural de Las Lagunas de Ruidera destaca el legendario Castillo de Peñarroya, que se sitúa en un risco al lado del pantano que tiene el mismo nombre. Además, contiene dentro el Santuario de la Virgen de Peñarroya.
En su entorno, en el inmenso paisaje manchego, aparecen de vez en cuando unas construcciones muy peculiares, bellas y necesarias, los bombos. Realmente, tienen más de doscientos años de antigüedad y servían para cobijar a los trabajadores agrícolas.
Por último, conviene señalar el Monumento al Quijote de Avellaneda. Este monumento, que reproduce la dedicatoria de la obra de Avellaneda, fue construido en 2014 para conmemorar el cuarto centenario de la publicación de la obra. De hecho, el escritor anónimo que se esconde tras el pseudónimo de Alonso Fernández de Avellaneda dedica su falso Quijote, publicado en 1614, al alcalde, regidores e hidalgos de la villa de Argamasilla de La Mancha, por lo que sitúa al protagonista en esta localidad. Por consiguiente, el apócrifo de Avellaneda constituye así otro de los argumentos más sólidos y significativos para que Argamasilla de Alba sea considerada por gran parte de los especialistas como “el lugar de La Mancha» del que Cervantes no se quiso acordar.