En la propia sierra, podemos encontrar hasta seis fuentes: Los Conejos, El Alcornoque, Las Preñás, Portorrubio, Las Canalejas y La Teja. En todo caso, unas son de carácter estacional y otras permanentes. Son ejemplos de cómo el agua de lluvia se filtra en la montaña hasta surgir en el piedemonte al encontrar la barrera de los materiales arcillosos que constituyen la raña.
Estos manantiales están íntimamente ligados a Alcoba y sus gentes. Al menos, desde 1576, El Alcornoque abastece a la población, las aguas de Portorrubio aportan propiedades medicinales tanto para las personas como para el ganado, Las Canalejas regaba las huertas y abastecía a los lavaderos, auténticos núcleos de relación social, mientras que a las Preñás se le atribuyen propiedades de fertilidad.
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