Esta casa-palacio sirvió de morada para el conde del Valdeparaiso, ministro de Fernando VI, en los meses en los que podía salir de la Corte y disfrutar de Almagro, lugar donde nació.
Este edificio se construyó sobre otro anterior y fue remodelado a finales del XVII. Dispone de una notable fachada, formada por una formidable portada central y dos grandes torreones laterales. A su vez, la portada está distribuida en dos cuerpos: el inferior, que es adintelado y se remarca por un grueso baquetón con orejeras y pilastras toscanas de festón rehundido decoradas con guirnaldas; y el superior, que está sostenido por el entablamento, decorado por una gran hoja carnosa, y está formado por un balcón con molduras de orejeras decorado por elementos vegetales. Conviene señalar, además, que a ambos lados se sitúan los escudos familiares.
Actualmente, es propiedad de la Diputación de Ciudad Real tras haber sido sometido a un proceso de adaptación. Por eso mismo, se usa como centro de congresos.