Se trata de uno de los únicos ejemplos de arquitectura románica-mudéjar que quedan en La Mancha, cuyos orígenes se sitúan entre el XII y el XIII. Está constituido por tres naves de cinco tramos con cabecera triple, e incluso tenía una armadura de madera ya perdida y que fue sustituida a mediados del siglo XIX. Sus pinturas murales románicas son muy bellas y de influencia ítalo-bizantina.
En el exterior, dispone de una interesante cabecera con doble hilera de arquillos ciegos. Las actuales almenas son restauradas, ya que las originales se perdieron en 1840. A su vez, fue declarada de Interés Histórico Artístico en abril de 1976.