Su fundación fue obra de Francisco Camacho Martín, vecino de la villa que al no tener descendencia propuso a principios del siglo XVII la fundación de un monasterio femenino. La propuesta fue recogida por una comunidad de monjas de Villanueva de la Fuente, que vio a su alcance la posibilidad de mejorar su vida diaria.
Bartolomé Camacho, hermano del fundador, fue el verdadero promotor de las obras que habrían de transformar las moradas de las monjas en el convento que hoy conocemos, de planta cuadrangular y tres alturas, con muy pocos huecos abiertos al exterior, excepción hecha de los arquitos en la tercera planta y en la torrecilla lateral, realizado con ladrillo y mampuesto vistos.