El santuario que perteneció a la aldea de Alarcos fue construido entre los siglos XIII y XIV siguiendo un estilo gótico. Está constituido por tres naves separadas mediantes diez pilares octogonales construidos con piedra caliza, así como por planta de cruz latina. Su fachada principal apunta hacia el suroeste y es destacable por su gran rosetón de tracería, que se encuentra enmarcado por un hermoso borde formado por diecinueve lóbulos tallados en piedra. En la entrada se localiza un porche delimitado por ocho columnas de piedra, que continúa por el techo de la iglesia, de artesonado simple y cubierta de teja. La ermita de Alarcos se declaró Bien de Interés Cultural en 1980.