Esta cueva, también conocida como “caseta del diablo”. Es posible que su origen fuese una pequeña ermita de época mozárabe, por lo que es un espacio único en toda la provincia. A esta cueva se asocia una antigua leyenda que cuenta que todos los amaneceres del día de S. Juan, cuando los rayos de sol se hacen notar en la cueva de la Mora, aparece la joven Moraima y se peina los cabellos con un peine de oro, mientras un joven la observa desde la peana.