Se trata de un espacio que entra dentro del inmenso Convento de la Encarnación de monjas dominicas. En este caso, se ha optado por crear un pequeño museo de arte sacro que contiene una interesante colección de objetos litúrgicos, imágenes y textiles del convento de clausura, que han sido expuestos por primera vez.
Asimismo, se pueden adquirir dulces tradicionales elaborados por las monjas en su obrador.