Debido a su sentimiento cristiano, entre los moraleños La Semana Santa es sin duda la fiesta más importante. En estos días la población se duplica debido a turistas y familiares que se marcharon del pueblo, incluso varios días antes de la propia celebración, gracias al ánimo y ambiente que se respira con los ensayos de las trompetas. Destacan también el tradicional pregón espiritual y las dianas, canciones de corte popular de la madrugada de Jueves Santo, que tocan las dos bandas más destacables del pueblo. Por un lado está la cofradía de la Compañía Romana, la más arraigada entre los moraleños y conocida como la cofradía de “los armaos”, que desfilan en todas las procesiones de la Semana; por otro lado está la banda de cornetas y tambores Nª. Sra. de la Soledad, fundada en 1982, que ha ido evolucionando con los años hasta su radical cambio en el año 2011.
La propia Semana Santa es precedida primero por el Viernes de Dolores: tras la cerebración del vía crucis y una Eucaristía en la Ermita de la Soledad, se hace una Procesión en honor a Ntra. Sra. de la Soledad y Veracruz. El Vía Crucis se repetirá el Miércoles Santo.
El Domingo de Ramos es el primer día grande de la Semana. Se celebra con la Bendición de las palmas y la Eucaristía en la Ermita de la Soledad. Dicha Eucaristía se repite en la Parroquia tras una solemne procesión.
La madrugada del Jueves Santo se despierta a la gente con el canto de las Dianas, y durante la Compañía Romana organiza una “búsqueda del Señor” por las distintas Ermitas de Moral. Después hay confesiones, la Cena del Señor en la Parroquia y un Sermón en la Plaza de España. Al acabar el día se celebra la solemne Hora Santa.
El Viernes Santo comienza con la Procesión “del Paso”, destacable por el paseo de la preciosa talla del “Enterrico” creada por Sebastián Couyas. Media hora después hay otro sermón popular seguido de la Pasión y Muerte del Señor. Para finalizar el día, una nueva Procesión, la del Santo Entierro.
La noche del Sábado Santo se celebra la Vigilia Pascual y la victoria de Jesucristo ante la muerte, hecho que se vuelve a recordar en la Santa Misa de la mañana del Domingo de Resurrección. A continuación se desfila en la Procesión de Resurrección que concluye con un baile inolvidable ofrecido por la Compañía Romana en la Plaza de España, llamado la “Caracola”.
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