Esta celebración religiosa está declarada Fiesta de Interés Turístico Regional desde junio de 2014 y Bien de Interés Cultural con la categoría de Inmaterial desde el 23 de mayo de 2017.
Plaza, calles y casas de Porzuna se impregnan de un olor a ajedrea y romero este día cristiano, impactando a los desconocidos con una danza masculina que se realiza sin dar la espalda a la custodia durante las dos horas de recorrido de la procesión. Las calles del pueblo se adornan con motivos florales y con alfombras decoradas con dibujos de serrín coloreado, que se echan sobre el pavimento por el que discurre la procesión.
Estos danzantes (un total de doce) recorren durante la mañana del domingo por estos recovecos acompañados de la música rural que toca una rondalla local. Les siguen de cerca jinetes montando caballos lujosamente enjaezados y luego se cantan Los Buenos Días y el “fandango de Porzuna”.
Después de la misa, ya por la tarde, los niños que han celebrado su comunión (o van a celebrarla en los próximos días) inician una nueva procesión arrojando pétalos de flor al paso de la custodia del Cuerpo de Cristo. Un nuevo conjunto de doce danzantes (que puede repetir con los de la mañana) les siguen en filas de a cuatro, al son de la icónica rondalla y tocando las castañuelas. Así se homenajea la sagrada forma, que una comitiva lleva bajo un palio de seis varas. El desfile procesional se va deteniendo poco a poco en lugares específicos, donde los vecinos del pueblo han montado altares con una bella decoración para rendir culto al Hijo de Dios.