La tradición del Corpus Christi lleva existiendo años en Villanueva de la Fuente, hasta el punto en que se ha convertido en una de las fiestas más representativas y populares de la localidad, convocando a miles de vecinos y turistas. Su fama proviene de los mil ochocientos metros de bellas alfombras que adornan las calles del municipio durante las procesiones, probablemente unas de las más bonitas de toda Castilla-La Mancha.
En los orígenes de la fiesta las calles se adornaban con alfombras confeccionadas a base de hierbas aromáticas como el tomillo, el romero o la mejorana, que los vecinos obtenían de una sierra cercana. Se conocían como “sendas” por los colores y aspecto de camino natural hacia los altares religiosos. La costumbre evolucionó hasta la actualidad, donde todas las calles que forman parte de la procesión de Corpus se decoran con alfombras de serrín de colores, formando bellas y originales figuras y cenejas que obtienen un olor característico gracias a las hierbas aromáticas que se colocan a su alrededor. Algunas de estas calles son la calle Constitución, la calle Doctor Fleming (o Bolea), la calle de la Feria, la calle de la Iglesia, la calle Mayor, la Plaza de España y la calle del Santo Cristo del Consuelo.
La noche anterior a la mañana del Corpus ya se comienza la preparación de las alfombras, dibujando sus formas directamente sobre el suelo y a continuación rellenándolas del serrín, participando en el acto todo el vecindario. Después se adornan los balcones y las calles, y se preparan los altares adornándolos con banderas, colchas, flores, macetas y todo tipo de objetos de ornamentación y manifestaciones del arte popular. De este modo las calles estarán preparadas al día siguiente para que los niños de comunión hagan las ofrendas religiosas de este día tan especial para los villanoveros.