El azafrán de la Mancha se caracteriza, principalmente, porque los estigmas rojos sobresalen claramente de la flor y porque su estilo es de menor longitud que en las flores de otros orígenes. Este producto se presenta al consumidor en hebras y nunca molido, las cuales tienen los estigmas de color rojo brillante. Asimismo, su olor es intenso y abarcador, pero también tiene un toque ligero a mies o hierba fina seca con reminiscencias florales.
Si se toma en infusión, se aprecia una percepción larga y suave que puede ser amarga al principio, pero que después sabe a mies y tostado.
El proceso de elaboración consiste en desecar la flor a fuego lento, por eso el producto final tiene mayor presencia, un aroma fuerte y un gran contenido en colorante.
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