Molino hidráulico harinero. Siglo XVI
El Molino Grande es un molino harinero del s. XVI, ubicado en el margen derecho del caz del río Azuer, afluente del Guadiana. Este ingenio hidráulico ha estado en funcionamiento hasta el último tercio del s. XX, realizando la molienda de cereales y leguminosas tanto para consumo humano como animal.
Desde la Edad Antigua se conocen los molinos harineros de agua, aunque no será hasta la Edad Media cuando se extiendan por los reinos cristianos. Para su funcionamiento, este tipo de molinos necesitaban la fuerza motriz del agua que, en el caso de los molinos de Manzanares, llegaba a ellos a través de un caz, un desvío artificial del río. Y es que el río Azuer, pese a no tener una gran longitud, ser poco caudaloso y tener un marcado carácter estacional por su estiaje, ha sido muy aprovechado por las poblaciones por donde transcurre su cauce. Se conoce la existencia de treinta y ocho molinos harineros construidos sobre el río.
En el término municipal de Manzanares se localizaban cinco molinos hidráulicos. El más cercano a la población es este, el Molino Grande, construido en la segunda mitad del s. XVI. Los otros molinos mencionados en las fuentes documentales eran el Molino Chico, el Molino de don Blas, el Molino de Las Carniceras y el Molino de Moratalaz. Actualmente, solo se conservan restos arqueológicos de los dos primeros.
Encontramos dos tipos de molinos de agua: los de rueda horizontal o rodezno y los de rueda vertical o aceña. El Molino Grande es del primer tipo, habitual en ríos con escaso caudal. Con dos piedras moledoras, el funcionamiento es sencillo y eficaz:
El agua llega a través del caz a una zona ensanchada, la balsa, situada junto al edificio del molino. El agua embalsada entra por los cárcavos, uno por cada piedra de moler, y hace girar los álabes del rodezno o rueda que hay en la parte inferior de cada molino. El rodezno está unido por un eje vertical o “árbol” a la piedra volandera, que gira sobre la piedra solera, produciéndose la molienda.
Originariamente los dos molinos eran similares, de regolfo o cubo. Sin embargo, a mediados del s. XX uno de los dos molinos se transformó a molino de canal, ya que requería el uso de menos agua y molía más rápido, debido a la fuerza con la que entraba el agua desde el cárcavo. La construcción del edificio primigenio y el conjunto de dependencias anexas del Molino Grande quedan perfectamente integradas en el entorno del paisaje natural.
Los muros, realizados en mampostería y tapial encalado, y la techumbre, a dos aguas, siguen las técnicas constructivas tradicionales. El llamado "molino de invierno" es la edificación más antigua del conjunto, hallándose en él las dos piedras de moler principales. Junto a él se encuentra el llamado "molino de verano", un espacio reformado a mediados del s. XX para albergar una tercera piedra de moler, ésta ya movida por electricidad y por un motor de combustión de gasoil.
Bajo este espacio se encontraron restos de una antigua almazara de aceite. En el interior del conjunto también encontramos dependencias domésticas utilizadas por los antiguos molineros como la cocina o la alcoba, la cuadra para las mulas, el corral o un porche, en el que el visitante puede descubrir el proceso de trabajo que se lleva a cabo con el grano desde la siega hasta su llegada al molino.
En su larga trayectoria, el Molino Grande ha tenido diversos propietarios. Como tal, aparece mencionado don Pedro Fernández de Salinas en el plano que Esteban de Perola realiza del caz en 1616 y que es la primera representación gráfica en la que se documenta el Molino Grande.
Posteriormente pasó a manos del conde de Sevilla la Nueva y a ser propiedad de los marqueses de Salinas, hasta que mediados del s. XX lo compró la familia López-Villalta, quienes lo tenían en arrendamiento desde finales del s. XIX y que explotaron hasta 1975, año en que cerró sus puertas. De aquí viene el que al Molino Grande también se le conozca como Molino Villalta. Poco después del fin de su actividad fue adquirido por el artista Juan Antonio Giraldo, quien en 2011 lo donó generosamente al Ayuntamiento de Manzanares.
Tras varios años de rehabilitación y puesta en valor, en 2018 el Molino Grande abrió sus puertas al público como centro de interpretación de la molienda tradicional, un oficio y un elemento constructivo de gran valor etnográfico
Epoch:
Apertura sólo domingos.
Visitas guiadas de 11 a 12 horas.
Visita libre de 12 a 14 horas.
Las visitas guiadas requieren una previa inscripción en recepción del Museo del Queso Manchego o en el teléfono 926 614 056.
Camino de Daimiel, s/n
museodelquesomanchego@manzanares.es
Tel. 926 614 056