Torres fue una pedanía de Montiel que fue despoblándose con el tiempo hasta desaparecer del mapa. Situado aproximadamente a 5 km. al oeste de Montiel, este poblado fue incluido en 1243 por Fernando III en el listado de pueblos del dominio de la Orden de Santiago en su pleito con el Concejo de Alcaraz, dictando que era dependiente del Arzobispado de Toledo por las tierras del Campo de Montiel y que, por tanto, debía pagar su tributo al Arzobispado a pesar de que su parroquia honra a “Nuestra Señora”.
Para 1575, la aldea de Torres ya era dependiente de Montiel, a juzgar por las relaciones del rey Felipe II: el monarca describe la población como situada a una “legua buena” de Montiel, poseyendo Dehesa, dos Alcaldes Ordinarios, dos Alcaldes de Hermandad y un Alguacil como oficiales del Concejo. Felipe II también indicó que Torres tenía cura propio, una iglesia, una ermita dedicada a San Blas y una fortaleza, pero esta última tuvo que desaparecer a principios de la Edad Moderna. Alrededor de 120 personas vivían en la aldea en el siglo XVI, pero solo treinta de esos vecinos pagaban los impuestos y se podían llamar “vecinos pecheros”.
Cerca de la iglesia se supone que existía un cementerio, o al menos una serie de lápidas, que pertenecía a las Órdenes de Santiago y Calatrava. En algún momento de su existencia, Torres contó con Encomienda propia, aunque compartida con otra aldea de Montiel: Cañamares, que en la actualidad pertenece a Villahermosa. En la aldea de Torres hubo edificios imponentes, como su templo parroquial, uno de los pocos conservados: contaba con tres naves en total y estaba rematado mediante un ábside. Según cuenta la tradición, la pedanía de Torres fue lugar de retiro de Caballeros, un remanso de paz y calma para los soldados, guerreros y combatientes que querían despedirse del mundo alejados de su previa vida de batallas, guerras y enfrentamientos.
Aunque parecía que poco a poco la población iba emergiendo, con jueces propios para su Dehesa en 1611 o una casa de recreo perteneciente a la familia Bustos hacia el siglo XVIII, lo cierto es que finalmente la pequeña aldea de Torres desapareció dejando a su paso unas pocas ruinas del caserío; sus últimas cifras del censo son de 1914, cuando el pueblo solo tenía 5 casas y 13 aldeanos. No obstante, la existencia de la aldea de Torres sigue vigente y es de interés turístico para aquellos que disfruten de la historia de la España despoblada.
Época: Año 1243
Visitable: Si es visitable
Accesibilidad: 1
Esta situado a unos 5 Km al oeste de la localidad de Montiel
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