Está ubicado en el mismo edificio que el Museo Arqueológico de Alhambra, si bien todos los objetos proceden de una donación privada. En este caso, lo que se ha hecho es organizar el museo en cuatro zonas que permiten acercarnos a la forma de vida que tenían nuestros antepasados. Una de esas salas es la que recrea una cocina típica, si bien hay otras tres secciones que se basan en la agricultura, otros oficios y otro tipo de colecciones. Por tanto, lo que se intenta mostrar en este museo es una colección de diversos aspectos que formaban parte de la vida de nuestros antepasados.
En la exposición sobre la agricultura, podemos encontrar diferentes objetos que servían para las labores del campo. Por ejemplo, destaca el trillo, una gran pieza agrícola que no se podía ver en todas las casas. En todo caso, hay objetos de esta colección que aún siguen siendo usados en los trabajos agrícolas. Por su parte, en la exposición que nos muestra objetos procedentes de otros oficios, hallamos distintas piezas que se vinculan a la ganadería, como los hierros para marcar al ganado, incluso objetos que se utilizaban en la carpintería.
Asimismo, en la zona más importante, la destinada a la cocina, se ha reconstruido una cocina típica manchega empleando distintas piezas típicas, como la chimenea, los cazos y las sartenes, además de otro tipo de objetos menos conocidos.
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