Este precioso templo ha tenido diversas transformaciones a lo largo de la historia, teniendo lugar la última en el siglo XVIII gracias a la colaboración de los vecinos de la localidad y en especial de Don Agustín Ordóñez Pacheco, caballero de la Orden de Santiago y benefactor del pueblo. Según cuentan la tradición y las leyendas, en el año 674 el rey visigodo Wamba colocó la primera piedra de la ermita para honrar a la santa cristiana, y fue allí donde fue llevada la imagen original de la Patrona de Moral de Calatrava.