Este hermoso santuario está levantado sobre una motilla y se sitúa dentro del antiguo castillo de El Tocón. Solo tiene una planta, pero con el tiempo se le añadieron nuevas estancias, a destacar la casa del santero, el camarín de la Virgen y la capilla de Santiago. Su aspecto actual es radicalmente distinto del diseño que tuvo en sus orígenes, cuando sirvió de estructura defensiva ante ataques enemigos.
La Virgen que allí se venera ha cambiado varias veces de nombre a lo largo de su historia. Las primeras referencias la nombran Nuestra Señora, después Santa María del Castillo, Nuestra Señora del Castillo y finalmente Nuestra Señora del Espino; el origen de este último, su nombre actual, viene de una leyenda sobre sus apariciones milagrosas.