Esta bellísima ermita se encuentra a 7 kilómetros de Santa Cruz de Mudela, dirección sur por la N-IV. Situada en la entrada de un pequeño valle que está rodeado de alamedas regadas por el arroyo de la Virgen, es lugar de peregrinación de los vecinos de Santa Cruz y de las localidades del entorno. Crea la tipología de ermita-plaza de toros en la provincia, muy similar a la que existe en Almagro con el Santuario de las Nieves o en Villahermosa con el Santuario de la Virgen de la Carrasca.
La ermita data del siglo XVI, aunque su capilla mayor fue construida y pintada por el monje fray Francisco de San José siglos después, en el año 1715. Su retablo es muy impresionante, el artesonado del templo es de par y nudillo, su cúpula está formada de pechinas y arcos torales y está sostenida por pilastras dóricas… Además, seguramente sus frescos, pintados en el camarín, sean de los más bonitos de la época barroca que se conservan en Ciudad Real.
Es muy destacable la existencia junto al santuario de una plaza de toros de 1641 (la segunda más antigua de toda la Península Ibérica) que tiene una peculiar forma cuadrada. Es un lugar histórico que combina de forma perfecta la madera de sus galerías altas, con zapatas y balaustrada, con las barreras de color almagre, con los muros de color blanco y con la clara piedra de la que están formadas las columnas de la fachada de la ermita.
Otro elemento destacable del área son sus frescas arboledas y jardines exteriores. Junto al rústico bar, que ofrece los mejores productos de la zona, así como a lo largo del paseo que recorre el jardín, se localizan varios bancos para descansar, merendar a gusto y disfrutar del ambiente.
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