En el núcleo urbano de Almedina existe otra fuente de la que se abastecerían los vecinos, sobre todo para el riego de los hortales, pues su agua es salobre. Esta se encuentra en la Cuesta del Cañaveral, en la solana de la villa, que sería la zona en donde se asentarían los primeros moradores a resguardo de los vientos del norte.