La Iglesia de Santiago Apóstol data de finales del siglo XV y principios del XVI. En ella se conservan tallas y pinturas de gran valor artístico que hacen que su visita sea parada obligada para los amantes del arte.
Cuenta con una sola nave compuesta de dos partes, la primera de traza gótica en el presbiterio y la cabecera que termina en un ábside dodecagonal, y la segunda con una bóveda de medio cañón decorada con lunetos. En su interior también se conservan restos e pinturas murales el siglo XVI.