Este lavadero se ubica en el paraje conocido como «El Villarejo», junto a la Ermita de San Isidro. Se trata de un excelente ejemplo de arquitectura popular y se encuentra bien conservado. Las mujeres del pueblo venían a esta construcción poligonal alrededor de un pozo para lavar sus prendas.
Además de esta función, estos lugares eran sitios importantes para la socialización entre los lugareños y las lugareñas.