Con grandiosa fachada clasicista en la que, como es habitual, aparecen los emblemas familiares. Destaca su patio principal donde se elaboran los pórticos sobre columnas jónicas y zapatas manieristas.
Posee una imponente escalera imperial del S. XIX en mármol, de arranque único y dos salidas y en el frontal una vidriera modernista con decoración neorrenacentista.