Su existencia se remonta a principios del siglo XVIII con la explotación de la mina del Castillo. Se utilizaba para extracción de mineral y entrada de materiales por lo que contaba con una prensa, consistente en un cilindro horizontal en el que se enrolla un cable de cuyo extremo prenden las dos soleras.
En los primeros años del siglo XIX fue nuevamente profundizado, y a principios del siglo XX estaba dotado de un castillete de madera y una máquina de extracción de mineral de desagüe. Este pozo alcanza una profundidad de 509 metros, y se encuentra en pleno casco antiguo, en una plaza conocida popularmente como la Arboleda, un rehabilitado jardín situado junto a la entrada del Parque Minero.