Este puente de piedra de dos ojos fue construido por orden del Real Concejo de la Mesta hacia los siglos XII o XIV. Servía para el paso de ganado, sustituyendo a la arruinada vía romana de Toledo a Sevilla (sobre la que está construida). Atraviesa el arroyo Carrizoso y mide unos 30 metros de longitud y 2 metros de ancho. Formado de solado de guijarros y de un pequeño pretil, destacan las bóvedas de sus ojos, construidas con ladrillo, así como tres tajamares que decoran uno de sus laterales.
A pesar de ser de origen medieval, se le sigue llamando Puente Romano por estar construido sobre una vía romana y por su arquitectura. Sin embargo, los lugareños lo llaman curiosamente puente de los muertos; esto se debe a que, popularmente, las familias de los difuntos de Saceruela se dirigían a las aguas del arroyo a lavar sus ropas, en lugar de usar los lavadores tradicionales, porque el arroyo y el puente se encontraban muy alejados del resto de la población, impidiendo que la superstición y el “mal agüero” hicieran mella en los habitantes del pueblo.