Es uno de los parajes más singulares de Alcoba que pertenece al imaginario colectivo de los vecinos. Se trata de un farallón cuarcítico que se erige sobre la llanura circundante, por lo que constituye un privilegiado otero que se levanta cual centinela.
Tradicionalmente, en torno a esta peña, se congregaban los lugareños cada 3 de febrero, día de san Blas, a degustar viandas típicas. La festividad de S. Blas tiene amplio predicamento en la geografía castellano-manchega y se remonta a la Edad Media. Normalmente, se suelen elegir para su celebración parajes elevados batidos por el áspero viento invernal. Por eso mismo, se dice que es el santo patrón de los enfermos de la garganta y los oídos.
Menú
