Terrinches está localizado en el ángulo sureste de la provincia de Ciudad Real, cercano a la de Jaén y Albacete; se sitúa en un bello valle en las estribaciones de la Sierra de Alcaraz. Muy cerca de allí se encuentran cumbres con cierta altitud: el cerro Conejero y el pico Castellanos.
Recorren su término varios arroyos crecidos en los meses invernales del río Guadalmena, tributario del Guadalquivir.
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La abundancia de agua permitió el asentamiento, a lo largo de su historia, de diversos pueblos; hallamos restos arqueológicos de la Edad del Bronce en los Castillejos del Bonete, en el que ha aparecido una formidable cueva fortificada sellada e intacta desde la Prehistoria, y a escasos metros se encuentra el yacimiento de la Ontavia, una villa romana en fase de estudio con termas del siglo IV d.C. muy bien conservadas (con piscinas, salas frías, templadas y calientes, letrinas y vestuarios).
En época musulmana debió tener protagonismo, por encontrarse en la vía de comunicación del este peninsular hacia Andalucía, pero su mayor desarrollo se produce con la Orden de Santiago y sus repoblaciones regionales; hay datos que indican que en la Concordia de 1245 se incluyó el pueblo de Terrinches. Otros legados documentales son las Crónicas de Alfonso X, que relatan un ataque árabe a la villa, y las relaciones del rey Felipe II (1575), que recogen información sobre cómo los habitantes del pueblo se defendieron de los moros y cómo desde su origen nunca fue aldea dependiente.
Terrinches es un pueblo eminentemente agrícola y ganadero, por lo que se celebran los principales santos protectores rurales: San Antón, patrón de los animales, el 17 de enero, y San Isidro, patrón de los labradores, el 15 de mayo con una romería declarada de Interés Turístico Regional.
Hay otras fiestas ancestrales que recogen tradiciones populares, como las luminarias que iluminan el pueblo en febrero por la Candelaria, las fiestas de disfraces del divertido Carnaval, o la fiesta cristiana de honor a Cristo y a su Cruz en Mayo.
Hay dos fiestas patronales de gran importancia en Terrinches: en agosto, el día 8 son las fiestas patronales de Santo Domingo de Guzmán, con una misa en su honor; la fiesta grande del pueblo es el día 15 de agosto, día de Nuestra Señora de Luciana y también patrona de la localidad, que conlleva una larga semana (de 13 al 17 del mes) llena de actividades como la tradicional suelta de vaquillas, la zurra del agua, un festival solidario, una caldereta popular, etcétera.
Como en otros pueblos de la provincia, en Terrinches hay una buena tradición de ir al campo para celebrar...
Terrinches tiene una tradición agrícola milenaria. El olivo es uno de los cultivos más abundantes, algunos de los cuales son plantaciones centenarias con rugosos troncos, que conforman una erguida figura sobre el azul del cielo. Sus habitantes los cuidan y se dedican a extraer de sus aceitunas un excelente aceite muy reconocido; en ganadería se cría la oveja incluida en la denominación Cordero Manchego, y hay una cuantiosa y excelente caza menor con perdiz roja y liebre.
La villa actual tiene su origen en las repoblaciones realizadas por la Orden de Santiago, seguramente aprovechando el Castillo encaramado en la loma con el pequeño caserío adyacente al edificio defensivo, del que hoy contemplamos el sólido torreón rodeado por los restos de una muralla; rehabilitado y adaptado como Centro de interpretación de la Orden de Santiago, hay que llamar al Ayuntamiento previamente para concertar una visita.
Descendiendo por el caserío medieval, apretado de calles estrechas y frescas, se encuentra monumental Iglesia de Santo Domingo de Guzmán, declarada Bien de Interés Cultural por su calidad arquitectónica, destacando su retablo del siglo XVII y su órgano histórico. Se puede visitar en horario de culto o con visita acordada en el Ayuntamiento.
En el antiguo Camino Real, a menos de 1 kilómetro al oeste del municipio, está localizado el Santuario de Ntra. Señora de Luciana, compuesto por ermita y plaza de toros; se encuentra en un bello y evocador paraje con huellas de poblamientos antiguos.
A unos 6 kilómetros se puede ver la ermita de San Isidro, de reciente construcción, al lado un espacio recreativo y con unas preciosas vistas de las hoces formadas por los arroyos que bañan la zona; se puede realizar un pequeño recorrido por la senda paralela hasta llegar a la madre del arroyo Sumidero.
Terrinches también destaca por algunos yacimientos arqueológicos de interés: el Castillejo del Bonete, declarado BIC en 2014, es un santuario solar prehistórico que en la actualidad expone excavaciones arqueológicas de gran interés cultural; la Villa de la Ontavia, declarada BIP en 2017, es una antigua ciudad romana compuesta de villa y necrópolis a la que se puede acceder con previa cita.
El cielo de Terrinches cuenta con la calidad adecuada para poder albergar un observatorio de estas características....
La Ontavia es un yacimiento arqueológico romano declarado como Bien de Interés Patrimonial (BIP) desde...
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El templo cristiano más importante del término de Terrinches es una preciosa iglesia del siglo XVI. Impresiona...
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El paisaje natural del Terrinches es un impresionante paraje con llanuras, barrancos, sierras y hasta bosques. Destacan las llamadas Hoces de Terrinches. Desde las afueras hay vistas que los amantes de la naturaleza no se pueden perder.
Terrileza es un centro de interpretación con láminas explicativas, proyecciones y actividades que nos...
En las inmediaciones de la localidad se encuentra el Arroyo Madre, un paraje fluvial que fue adecuado...
Hay mucho trabajo de artesanía en Terrinches: la cantería se realiza en piedra y en mármol, hay trabajadores de carpintería con madera que crean bellísimos muebles, y los artesanos especializados en alfarería trabajan sin descanso para convertir el barro en hipnóticas vasijas de cerámica.
D.O. Vino de La Mancha
D.O.P. Aceite Campo de Montiel
I.G.P. Cordero Manchego
M.C. Cebolla de La Mancha
I.G.P. Pan de Cruz
Matanza con jamones y embutidos.
Los platos más tradicionales de Terrinches tienen su base en los excelentes productos naturales y de mercado de la zona: el aceite, el cordero, el pan y la carne de caza, con los que se elaboran la sabrosa caldereta de cordero y los contundentes galianos. En repostería, son especialmente buenos los dulces llamados suspiros.
Las hoces de San Isidro: 3 kilómetros a pie.
Desde la ermita de San Isidro se abre un camino que ofrece la oportunidad de recorrer sin gran esfuerzo un bello paisaje; cultivos y encinares, barrancos y hoces son algunos de los elementos más destacables del paisaje. La ruta prosigue hasta que se llega a orillas del arroyo de la cañada de las fuentes del sumidero, más conocido por los vecinos como el arroyo madre. A un lado de la ermita existe un área recreativa con mesas y otros equipamientos para, de regreso, descansar y merendar.
Caza menor: perdiz roja, liebre.
Carretera: CM3202; CR6331
Autobús: Samar e Inter Bus