Terrinches tiene una tradición agrícola milenaria. El olivo es uno de los cultivos más abundantes, algunos de los cuales son plantaciones centenarias con rugosos troncos, que conforman una erguida figura sobre el azul del cielo. Sus habitantes los cuidan y se dedican a extraer de sus aceitunas un excelente aceite muy reconocido; en ganadería se cría la oveja incluida en la denominación Cordero Manchego, y hay una cuantiosa y excelente caza menor con perdiz roja y liebre.
La villa actual tiene su origen en las repoblaciones realizadas por la Orden de Santiago, seguramente aprovechando el Castillo encaramado en la loma con el pequeño caserío adyacente al edificio defensivo, del que hoy contemplamos el sólido torreón rodeado por los restos de una muralla; rehabilitado y adaptado como Centro de interpretación de la Orden de Santiago, hay que llamar al Ayuntamiento previamente para concertar una visita.
Descendiendo por el caserío medieval, apretado de calles estrechas y frescas, se encuentra monumental Iglesia de Santo Domingo de Guzmán, declarada Bien de Interés Cultural por su calidad arquitectónica, destacando su retablo del siglo XVII y su órgano histórico. Se puede visitar en horario de culto o con visita acordada en el Ayuntamiento.
En el antiguo Camino Real, a menos de 1 kilómetro al oeste del municipio, está localizado el Santuario de Ntra. Señora de Luciana, compuesto por ermita y plaza de toros; se encuentra en un bello y evocador paraje con huellas de poblamientos antiguos.
A unos 6 kilómetros se puede ver la ermita de San Isidro, de reciente construcción, al lado un espacio recreativo y con unas preciosas vistas de las hoces formadas por los arroyos que bañan la zona; se puede realizar un pequeño recorrido por la senda paralela hasta llegar a la madre del arroyo Sumidero.
Terrinches también destaca por algunos yacimientos arqueológicos de interés: el Castillejo del Bonete, declarado BIC en 2014, es un santuario solar prehistórico que en la actualidad expone excavaciones arqueológicas de gran interés cultural; la Villa de la Ontavia, declarada BIP en 2017, es una antigua ciudad romana compuesta de villa y necrópolis a la que se puede acceder con previa cita.