En la Plaza Pública se puede uno imaginar los paseos que daba Quevedo mientras creaba poemas y sátiras a sus contemporáneos. Allí está el Ayuntamiento y, en su torre, un reloj Canseco funcionando desde 1886; también se puede uno acercar a la Casa de la Tercia, edificio centenario donde se guardaba el pan de la Mesa Maestral. Es el edificio más representativo de este espacio, de piedra labrada con el escudo de los Reyes Católicos y un bello soportal con cinco arcos, apoyados sobre pilares cuadrados. En la actualidad es la sede de la biblioteca y el hogar del jubilado.
En la Lonja, nombre por el que se conoce a la Plaza de la Iglesia, hay un viejo olmo de tamaño y edad inconmensurables que se encuentra enfrente de la Parroquia de Ntra. Señora de los Olmos; construida a finales del siglo XV y principios del XVI sobre otra más pequeña de la que se aprovechó el primer tramo del torreón del campanario, esta Iglesia es especialmente relevante debido a su magnífico órgano barroco en perfecto estado. Gracias al Ciclo Internacional de Conciertos de Órgano cualquiera puede deleitarse de su espectacular sonido. Igualmente impresionante es su Retablo Barroco. Una anécdota interesante de esta iglesia es que Santa Teresa de Jesús, en camino hacia la fundación carmelita de Beas de Segura (Jaén), pasó por el templo el 16 de febrero de 1575.
En la Plaza del Parador, bello remanso de paz, aún se conserva una imponente casa encalada de bella rejería; es el antiguo mesón-posada del Camino Real de los Carros de Madrid a Andalucía. En el centro de la Plaza se encuentra una escultura del Quevedo, y muy cerca de allí su casa de morada; pertenecía a su madre Mª de Santibáñez, y aquí residió el escritor 12 años de su vida en diferentes etapas (unas veces de manera voluntaria, otras forzado). Readaptada, hoy es la Casa Museo Francisco de Quevedo, exposición que contiene objetos personales, documentos y libros relacionados con el autor y sus obras satíricas.
El humor quevedesco, tan arraigado en la localidad, se proyecta en una interesante colección de obras de importantes creadores en el Centro Internacional del Humor Gráfico. Se encuentra en una antigua casa señorial, la “Casa de Don Fernando”, y se accede por un portal, sobre el cual se conserva la única marca pública o escudo de hospital de peregrinos conservado en la provincia.
Los alrededores del municipio son bellos y encontramos zonas para ver o descansar; a menos de un kilómetro se llega al Paraje del Pilar, uno de los espacios de esparcimiento con fuente de los vecinos y visitantes.
Algo más alejado (4 kilómetros) se encuentra un enclave mágico de una belleza y tranquilidad sin igual, con un halo de misterio: se trata del Santuario de Nuestra Señora de la Vega, enclave de la Orden de los Templarios durante cierto tiempo de origen difuso. Allí se celebran las romerías del pueblo.