Arenales de San Gregorio cuenta con dos importantes pinares que lo caracteriza. Son conocidos como “El pinar de la Habana”, creado en los años 90, y “El pinar de Juan Julián”, creado a mediados del siglo XX y del cual quedan pinos casi centenarios.
Es a finales del siglo XIX cuando encontramos el origen de los primeros pinares, unido a otro interesante evento. Debido a la ley promulgada por Isabel II en 1868 que otorgaba privilegios a las colonias agrícolas, muchos colonos se vieron atraídos y se asentaron en la entonces aldea denominada como “Colonia Rural de Arenales de la Moscarda”. En estos años se plantaría el primer pinar que, debido a una decisión de José Monserrat, estuvo a punto de desaparecer en 1976; sin embargo, la oposición popular desembocó en la cesión de gran parte del pinar por parte de este propietario a los arenaleros.
Además de ser un excelente paraje natural, brindando una excelente experiencia para todo aquel que ame la naturaleza; los pinares nos ofrecen una preciosa e interesante ruta cicloturista para aquellos que disfruten del deporte al aire libre.
La Ruta Natural comienza en el Parque Municipal, uno de los enclaves con más encanto del pueblo ya que en él se encuentra el pinar más grande de la localidad; además de una pista polideportiva y la Piscina Municipal. Es en este espacio verde donde encontraremos los pinos más antiguos del municipio.
Arenales de San Gregorio es un pueblo eminentemente agrícola, de ahí el papel tan importante de sus Cooperativas. La del Vino “San Gregorio” es una de las más vetustas, remontando su origen a principios del siglo XX. Fue en esos años cuando la antigua Champanera de Benezet, ubicada en el mismo terreno, se sustituyó por dicha cooperativa.
Podemos comenzar la ruta urbana desde la Iglesia Parroquial, construida en el año 1975 siendo su párroco Francisco Boluda. Se erigió en los mismos terrenos en los que se encontraba la antigua iglesia del año 1916, edificio muy deteriorado por la huella de la Guerra civil y el paso de los años. Después de la visita a la iglesia es recomendable dar un paseo por la Plaza de España, donde se ubica el Casino, un edificio del siglo XIX que fue reformado en los años 1960; en esta plaza se encuentra el mayor comercio de la localidad.
El “Pino Vicentillo”, otra de las insignias de la localidad, llegó al final de su vida en 2021, debido a esto el Ayuntamiento quiso conmemorarlo convirtiéndolo en un monumento perenne junto al pabellón municipal, donde se encontraba ubicado originalmente.
Por último, si quieres descubrir la esencia del pueblo es imperativo visitarlo el 9 de mayo y en sus vísperas, cuando se celebra la festividad de San Gregorio; reservando el sábado como día de la Virgen. El cierre de las fiestas consiste en una caldereta popular en los pinos, acompañada de zurra y vino, donde el visitante podrá degustar la gastronomía manchega en todo su esplendor.
Otras festividades de interés son las Hogueras de San Antón, celebradas el 16 de enero y el Carnaval, fechas en las que el pueblo se llena de alegría y color, y el día de la Virgen, el 15 de agosto, con gran afluencia de gente.
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Esta localidad se sitúa en la parte nordeste de la provincia en el centro de una especie de triángulo...